Tus sabanas piadosas acogieron mi desnudez
Lamiste mi deseo, y dejándolo mas sediento aun de tu piel,
Te acercaste y te alejaste de mí cuerpo tibio.
Sonreías, y yo también sonreía al saberte mío
Bailamos al son de nuestros cuerpos húmedos
Uno contra otro y los dos juntos, tan juntos!,
Hasta que tus dedos tocaron la melodía de mi silencio
Y creamos los acordes de las noches luminosas
Que entre luces apagadas brillaba tu locura
Iluminando a la vez la obscura parte de mi alma.
Dame el licor tibio de tu pelvis inquieta
Que esta noche aun no acaba y el amanecer acecha