Diego Invierno

Pulso Mágico

 

Hoy daría una gran parte
del agua con que riego
mi corazón marchito;


bebed, malditos ambulantes,
del impulso, del exceso;
el Sol por fin se ha ido,


cuando cuaja el hielo
en este desierto,
casi que hace frío...


Veo vida donde no la hay,
no entiendo las palabras,
la gente a la que quiero
nunca encontrará mi alma,


y cuando mis larvas vuelen
y se quemen en la hoguera,
y una brisa en blanco y negro
me deslíe de esta seda,


me sentaré en el río,
seco y olvidado;


el pulso mágico no es mío,
llegó del otro lado,


vuelve la buena suerte,
tan mala porque truena;
es lo mismo de siempre,
nadando en la tormenta...


Vamos a plantar semillas
de esas que ya nunca crecen;
a ver si vuelven los campos
y mueren las liendres,


vamos a clavar estacas
en las bocas de la gente;
no me interesa qué dicen,
tampoco qué sienten;


mataría por no escucharte
dar patadas a mi mente;
quiero verme en un espejo
y ser diferente.


4/8/19