como se nos ha ido la vida,
y no nos hemos dado cuenta.
niñez, juventud, adultez,
y la vejez de golpe se nos avienta.
cuando eramos niños,
no hallábamos la hora de se grandes;
ahora que somos grandes
queremos volver a ser niños,
y el invierno de la vida
cubre con su nieve de plata
nuestros cabellos.
el torrentoso caudal de los años
se va llevando todo,
hasta el vigor de antaño
aquel que era nuestro baluarte fastuoso.
ya no somos los mismos de ayer
ni seremos los mismos de mañana;
la vida pasa, y todo es
un trozo de escarcha que se diluye
con el sol de la mañana.