Podés volar si querés,
Podés golpear el cielo y hacer que lluevan eternidades.
Dejá que tu piel destile su propio aroma a fuego.
Sacudí tu cuerpo mojado,
que te seque el viento.
Podés volar si querés.
Podés, si querés, bendita mujer,
cuando te sueltes de tus propias cadenas.
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... ¿Pero estás bien? se escucha detrás de la puerta.
Si, estoy bien, mi cuerpo está bien, mis manos, mis pies.
Estoy bien, mis labios, mi rostro, están bien.
Mi mente, se fué, pero me dejó una carta de agradecimiento, por intentar darle un respiro a los pensamientos. Me dijo que podía volar.