Cuentan los aullidos de los lobos y los graznidos de los cuervos en el gran libro de la selva:
Que en la sombra de estos campos donde se trabaja, sufre y yerra,
cuando una forma humana pasa portando una candela,
podréis ver como la sombra es guardada, conservada, y transformada
en el estudio de un fiscal para convertirla en delitos de:
sombra, sombra, sombra.
!Auuuhhh, Auuuhhh, Auuuuhhh…!
***
Por el portón abierto del taller de empleo entra una moto cruzando el patio de graba.
Los gatos que pacíficamente están tumbados corren dispersos. El motorista se quita el casco mirando atento el jardín.
Los chopos que rodean el patio bailan flexibles en sus ramas más altas con el aire abrasador. El polígono industrial donde se encuentra el taller de empleo parece un cementerio. Alguna alma obrera cansada y solitaria arrastra alguna carga en carretilla bajo la atenta mirada de los cernícalos. El motorista A., alumno del taller de empleo, en su segundo día de vacaciones regresa al taller. Abre la llave del agua que humedece palmeras y rosales. Camina por una rampa seguido de una gato viejo y gordo hasta un pequeño huerto junto un invernadero. Entre sol y sombra tiene este alumno 50 metros cuadrados de huerta. Se cubre con la mano los ojos del sol que le ciegan. Media huerta a la que le da todo el día el sol está quemada por este, y media que cuenta con la sombra de unos cipreses está repleta de frutos.
La sombra influye en las plantas tanto como en los nuevos delitos de sombra. Estos son los delitos que nacen de la ficción. Una nueva forma de conocimiento y represión basado en la ficción de las redes sociales, que se está aplicando en el siglo XXI a personas físicas con fines de vigilancia y al castigo. El delito de sombra tiene un formato idealistas de neo platonismo a lo mito de la caverna del libro séptimo de la república con algo de idealismo nazi, pero pasado por las cortes democráticas españolas y refrendado por el Rey , y bendecido por los partidos tanto conservadores como progresistas.
Mientras todo esto piensa el motorista A recogiendo los pepinos, tomates, melones de su huerta. Entre la sombra de las bachoquetas escucha los maullidos de un gato llamado fiscal. va hacia él pensando que está herido, y tropieza con una caña que está oculta entre la sombra y el sol dándole en la espinilla. El motorista herido sale de trampa de fiscal cojeando hasta el sol, escucha las risas del gato fiscal que se ha ocultado, tendido el motorista en el sol sabiendo la verdad le grita herido:
En la sombra no se ve nada.
El gato responde maullando :
miau, miau, miau.
Angelillo de Uixó.