Hija, hoy siento como si te acercaras al momento de abandonar tu niñez, porque sin importar los calendarios que suman en años, siempre has sido mi niña amada
Quizá la sensación nazca en mí, producto de las canas y la vejez , no por el tiempo que haz vivido, son como las cosas de viejos que nos llegan con el reumatismo.
Pareciera que uno se avejenta conforme acumula recuerdos e historias para contar, hoy por ejemplo recuerdo las tantas veces que le pedía a Dios, ayuda para comprender a mis hijas, para escucharlas pacientemente, pero sobre todo para poder responderles con bondad y amor, de tal forma que esa respuesta fuera una enseñanza y les mostrara un camino.
Y mira lo que es la sabiduría del tiempo, pasa y cambia los escenarios, me imagino que son ustedes ahora las que le piden paciencia a Dios para poder escuchar a su padre y entender sus vejentudes (el término no es diccionario), es la negación natural al paso del tiempo y al querer seguir siendo joven.
Pues bien, hija, cuando han transcurrido 39 instantes en este infinito espacio del amor entre la hija primigenia y su padre, quisiera estar seguro de haberte podido mostrar cómo transitar el camino de la vida.
Este camino necesariamente trazado por el disfrute del amor, forjado con tus propias fuerzas, en donde los espacios oscuros, como agujeros negros del universo te han enseñado a confiar en ti misma y en tus capacidades, en tu tesón y coraje para enfrentar y vencer los miedos
Mi niña, ha transcurrido el tiempo, inexorablemente, dejando tus propias huellas marcadas en el camino, al principio se acompañaron de las mías, luego con el tiempo se fueron débilmente marcando las tuyas, hasta llegar un día a borrar las del padre. Esas huellas firmes, de paso sereno, formadas por tus propias decisiones, por tus entusiasmos y convicciones.
Quisiera mi niña que aquellas primeras respuestas que te daba a tus inquietudes sobre la vida, te hubiesen enseñado realmente a valorar tus logros, a atesorar tus sudores derramados en la búsqueda de tus metas. Quisiera que la enseñanza haya sido inmensa en saber escuchar tus propias voces, en expresar con tus sonidos tus propias realidades y principios, sin esperar la aprobación de nadie, sin negociar a conveniencia tus ideales o tus sueños.
39 instantes de un infinito universo en donde espero que acumularas la conciencia, los sentimientos y las responsabilidades de actuar consecuentemente con lo que eres, pero sobre todo en donde espero que aprendieras, que la bondad no te hace débil, que el perdón no te hace vulnerable, que la intuición no te hace irracional y que los límites de la ética y la moral no te hacen esclava sino más bien libre. Libre de la irresponsabilidad y la banalidad con la que transitan muchos sus propios caminos sin dejar huella alguna.
Hace ya bastante tiempo que deje darte felices cumpleaños para darte las gracias, gracias por aprender de los éxitos y los fracasos de tus padres, gracias por no juzgarlos y por tomar de nosotros las lecciones silenciosas de las faltas y las equivocaciones.
Gracias mi niña, por haber seguido el camino en un inicio, para luego trazar el tuyo propio, gracias por vivir a plenitud cada uno de estos 39 instantes, por hacer de la vida una aventura digna de vivirse, gracias por aceptar con gentileza los cambios y las trasformaciones que los años han traído, pero sobre todo, gracias por ser siempre tu misma, por nunca perder las carcajadas y el compartirlas con todos nosotros.
Hoy que por cosas de la viejera siento que dejas de ser niña, solo quisiera pedirte que intentes aprender una nueva lección, la lección que deja el tiempo, la lección que deja la vida. Nunca veneres a nadie y menos a tus padres, somos seres imperfectos. Solo guíate por el amor, te aseguro que un día él te permitirá conocer a Dios
Gracias por compartirnos tu vida, toda tu vida.