Por haber escondido en mis manos tu amor
y por haberme dictado las palabras que escribo
hoy te doy las gracias mi querido Dios.
Por convertir tu vida en mi gran respuesta,
como un columpio de la tierra al sol,
en esa tierra que a veces para mí fue divina
gracias a la gente que me dio su amor.
Por todo al que quise,
por todo al que quiero,
por todo el amor que pusiste en mi pecho,
gracias mi Dios,
todo te lo debo,
este nuevo día en el que amanezco,
mi sangre, mis dudas, mi corazón te entrego
y la sabiduría que me pudiste dar
hoy la convierto en palabras
que hacia ti vuelan ya.
En tu regazo dejo el momento de ahora,
susurros que tal vez se lleve hoy el viento,
caricias que quizá se lleven hoy las olas.
Por mí nada,
en ti me vierto,
de ti todo,
mi paz en silencio,
esa paz con la que hablamos
tan callados, tan serenos,
esas grandes cosas que por ti poseo.
Nada más Señor,
hoy sólo gracias, mil gracias
por tenerme dentro.