José de Jesús Camacho Medina

No Hay Lluvia Perpetua

Hoy quise refugiarme de la lluvia;
ser el sprint del velocista más rapido
pero la lluvia fue un Dios maniobrando mi destino
un punto sin retorno para religarme a las gotas.

Bajo el agua se percibe estar solo
(al principio)
después
vientos etéreos
irrumpen su sinfonía
es ahí donde mojarse ya no importa
pues no hay lluvia que se presume eterna
y todos podemos ser nuestro propio impermeable.