Si te contara cada una de las historias que vivimos los zapatos, te sorprenderías, aún recuerdo una tarde fresca un poco lluviosa, cuando desde el aparador vi a una dama sencilla que con mucho orgullo lucía unas hermosas zapatillas rojas de corte tradicional, llegó caminando de prisa al café de enfrente y se sentó en una silla cercana a la ventana, estaba esperando a alguien sin duda, colocó su bolso rojo sobre la mesa y de él sacó otro más pequeño del cual tomó un lápiz labial, sonrió ligeramente y retocó sus labios color carmesí, se veía hermosa, en su muñeca derecha llevaba puesto un diminuto reloj en donde constantemente revisaba la hora, yo observaba atentamente, no quería perder detalle, cada que veía el reloj golpeaba ligeramente el piso con sus hermosas zapatillas y se restiraba la falda como queriendo ocultar sus bien torneadas piernas.
No sé cuánto tiempo transcurrió, de eso sé muy poco, ni cuántas veces volteó su mirada hacia ese pequeño reloj, no perdía detalle, lo interesante fue cuando por fin apareció un personaje. Él también llegó apresurado, pero al parecer el motivo del retraso fue su arreglo personal, tenía buen corte de cabello, barba y bigote y llevaba puesto un traje color gris modesto, pero de buen gusto, se acomodó el saco, se detuvo enfrente de la acera fijando por un instante su mirada en la cafetería, cuando al parecer encontró lo que buscaba, cruzó con rapidez la calle sin percatarse que un vehículo venía a gran velocidad, solo se escuchó un grito angustiado y lleno de dolor en el impacto.
La chica de las zapatillas rojas se acercó corriendo, se arrodilló frente al maltrecho cuerpo, lloraba a mares, colocó la cabeza de aquél hombre sobre sus piernas y lo acariciaba con ternura y desesperación, de pronto llegó la ambulancia, subieron el cuerpo y ella se fue con él.
Ya no supe qué pasó, ¿Quién era ese personaje y por qué o para qué lo esperaba? ¿Ustedes que opinan?