Éramos críos
y pensabamos
que si existían los Vengadores
por qué había que leer a semejante fantoche.
Un tipo enjuto y con el cerebro de medio lado, y sin poderes.
Con el tiempo descubres que la fuerza
no lo es todo y que se pueden matar monstruos a pedradas.
Entre sueños, papeles y libros
nuestro héroe se le seco el cerebro,
y comprendió su destino.
Y a nosotros el tiempo y las circunstancias
nos enseñaron que el Hidalgo caballero
era un símbolo de superación y que
querríamos ser otro.
Sin miedo,
sin miedo,
sin miedo.