Los días se me agotan, se reducen a cenizas cuando me pierdo en la ceguera de personalidades que me atormentan y me asfixian dejándome putrefacto.
Hay cosas que no debes saber de mí, escenas que el tiempo no puede contar y la vida no te debe mostrar
Mi inútil y estupido intento de perfeccionar cada momento con alguien a quien yo mismo estoy engrandeciendo, fallidos relatos que parecieran fundirse en un calor del viento que reclama el vacío, un vacío que he querido llevar conmigo y alimentarlo con decepciones, errores y todo aquello con lo que nunca he querido ser, pero, sin embargo, lo embarco como una pesada ancla que termina llevándome al olvido.
No quiero colapsar estando contigo, no quiero desvanecerme como un relámpago ante una tormenta de licor amargo. No soy un hombre impecable, también estoy hecho de desaciertos y camuflajes que me han vuelto un cóctel de personalidades, siempre adivinando cuál es la que debo usar, esperando no ausentarme de mí mismo.
Tengo una inquietud por ver evaporarse hacía la nada todas nuestra insensatez, para despejar un camino que lleve caudalosos ríos en el corazón que encuentren su camino natural el cual se finque sobre cada paso y en esa travesía enredada con incógnitas; responder cada pregunta con una firme intuición y saber componer la partitura oriunda nuestra para seguir rimando la endémica melodía formada únicamente por un \"nosotros\".