EdithElviracolquirojas

¡Si del cielo bajaras, madre mía!

 

 

 

¡Ah, si del cielo bajaras, madre mía!

Ah, si tan solo tu rostro otra vez viera,

llovería en mi alma nuevamente alegría.

 

Los vientos de agosto traen tus recuerdos

entre celestes cielos y sonatas de melancolía.

Veo en el horizonte tu rostro de ensueño,

¡Baja pronto de arriba!, ¡hermana, grata amiga!

 

Aquí todo es monte de pena;

sin tus pisadas, mi llanura se quema.

 

¡Baja, ángel vivo!

Baja a visitar a tu huérfana paloma,

que se hunde en la ciénaga de la melancolía.

 

¡Ah, madre santa!

Tus ciruelas de besos ansío,

tus caricias palomas que me arrullen,

tus consejos de oro que me alumbren.

 

 

Agosto, sin madre,

madre sin vida,

son pajarillos muertos de frío y hambre,

es querer pedir a la roca un beso de su adusta boca.

 

Vendrás madre,

lo presiento,

lo sé.

Vendrás en cielos dibujados

como un ángel alado

y secarás mis lágrimas

que en un río inmenso se han tornado.

 

 

Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados