Pasan los días como agua de cascada,
aún no te veo ¿Dónde estás?
La tristeza es perenne; no sé de ti
y el corazón cruje al recordarte.
Mi entusiasmo está alicaído,
levanto mi mirada te busco a lo lejos y no estás.
Mientras la brisa melancólica sopla en rededor,
me siento angustiado y sigo sin verte.
Te necesito aquí,
recordar los abrazos fuertes y otros un tanto rotos
y algunos que no han podido ser.
Mis madrugadas parecen inagotables,
no logro armonizar el sueño
y hay un vacío lleno de emociones.
Tengo la certidumbre que en la agonía de cada semana te veré
y de no ser así que la tristeza no carcoma mi corazón.
Que al verte, mi alma logre consuelo
la calma de mis ansias,
dame un beso y dime “Te Amo Papá” seré feliz.