Adolfo Rodríguez

Semanario...

Y aún no logro decidir, por más que lo pienso,

en que día me pareces más hermosa,

si es el lunes, cuando redescubro tu belleza,

después de un largo fin de semana

extrañando tu sonrisa...

Si es el martes, cuando he reconfirmado

tu existencia, que no has sido solo un sueño

y que mi corazón aún pega brincos

y se acelera cuando escucha tu risa

y me asegura que sí, que te quiere...

O si es el miércoles, día de paz y equilibrio,

cuando está lejano el abismo del asueto,

y sé que aún hay tiempo de rebuscar

los intersticios y filtrarme en tus milagros,

para perderme en tu mirada…

O acaso será el jueves, cuando comienza la angustia

cuando el tiempo se va acortando y el vacío se agiganta,

cuando comienza el vuelo migratorio de tus manos

y se evapora de a poco la posibilidad

de refugiarme en tus caricias y ser feliz ahí…

Quizás sea el viernes, cuando a toda costa

busco conocer hasta el más mínimo detalle de tu figura,

hasta la más fina nota de tus risas y tu voz

y gravarlos en mi mente a fuego vivo, sacar el molde de tu cuerpo

para poder fundirte en mis recuerdos, para sobrevivir…

El sábado tal vez, cuando empiezo a enloquecer,

al mismo tiempo que el reloj, que cesa su eterna danza circular y se hace inmenso,

al unísono con los pájaros que buscan imitar tu risa y nunca lo consiguen,

siguiendo a las flores y las frutas del jardín perdiendo aromas, colores y sabor

y sé a ciencia cierta que solo soñando contigo podría salir del laberinto…

O el domingo, cuando superando la tristeza te conviertes en nostalgia,

cuando no me canso de extrañarte, cuando sueño con tu luz

y sé que el encontrarnos es promesa que siempre se cumple en plazo,

aunque nunca prometimos nada, aunque la ilusión solo crezca de mi lado,

cuando sé que en pocas horas puedo toparme de frente con la felicidad…

 

No lo sé, no me logro decidir cual día será,

solo sé que el día de mañana, seguramente,

tú lucirás mucho más bella que hoy y ciertamente,

yo te amaré muchísimo más que ayer…