Versos que nacen en cada lágrima derramada,
en cada sueño que vuela en el amplio horizonte de mi mente,
en mis deseos inconfesables y prohibidos.
Cada poema, cada escrito que toma forma a través de mis cansados dedos, llevan en su esencia una parte de mi ser amante, sensible, errante y se convierten en el tentativo de seguir viviendo en el tiempo, en el espacio.
Mis letras son un grito silente que se convierte en eco, resonando solo en el alma sensible, inquieta, enamorada...
Mis venas abriría, extrayendo el líquido vital, para poder escribir mi sentir, mi vivir, ese grito silente, profundo que ya no puedo retener y desgarra mi garganta.
Musa adorada, inspiración deseada que poco a poco tomas forma en cada frase expresada, iluminada con el sentimiento, con el deseo, con el ansia, con recuerdos remotos, con pasiones desbordantes, con mi sentir amante.
Lento me has poseído que ya formas, eres parte de mí mismo. Tanto tiempo te he reprimido dentro que una vez liberada has arrastrado mi alma sosegada.
No tengas compasión de mí.
Sírvete como se sirve del rocío la rosa mañanera, calmando su sed, su soledad intensa;
como se sirve del aire la criatura viviente;
como se sirve del amor el alma errante;
como se sirve del sol la tierra silente;
como se sirve del viento el ave migrante.
Soy tu servidor, tu más tierno y fiel amante.