No sé cuántas madrugadas e insomnios me quedan, pero ya estoy acostumbrada a esto que me desvela, y ya no quiero estar sin ello... tus ojos; en ellos encontré esto que vivo noche tras noche, porque ya no importa cuánto pase, cuanto escriba, estoy tan acostumbrada a esto que me da parte de vida. No puedo estar sin el pensamiento tuyo y de tus bellos ojos, pero estoy bien, porque el pensamiento es lo único que me queda de ti.