Te confundo con la gente
y le saco mentiras a mis ojos,
los ecos de los días
susurran tu nombre al oído
diciendo falsedades,
que estarás junto a mí
en las siguientes noches enajenadas
que no son tuyas, ni son mías,
pero en las que seguirás plasmada.
Tú presencia me confunde los sentidos
y trae la ausencia junto al alba,
en horas de mañana
cuando miro al reloj le observó mentiras
porque a toda hora mi ser más te extraña.
Te confundo con la brisa
y le saco mentiras a mi tacto,
pues las caricias de esos tiempos
ya no llegan a mi espalda,
suelo ver uniones de labios
en la que me saboreo de los tuyos,
la boca me sabe a sed
y está es la hora que todavía no la apago.
Los olores que quisiera degustar
no los guarda mi almohada,
me huele a ti el recuerdo
y la pesadumbre del viento
mese el aroma de una triste remembranza.