Mis zapatos escolares
sin punta y sin tacones…
Compañeros ejemplares,
del colegio los campeones.
Para correr y trepar
siempre fueron los mejores;
fáciles para calzar
en distintas ocasiones.
Un calzado sin igual,
me dejó satisfacciones,
buenos para saltar
en adversas condiciones.
De mis años colegiales
ellos fueron los primores,
uniformes colegiales:
mocasines sin cordones.
Mi pasado y mi presente
mantienen vivos confines,
cuando revivo en la mente
a mis viejos mocasines.
Sigo con firmes pasos
por muy distintos senderos.
recordando los zapatos…
¡Ya sabes a cual me refiero!