Comparte el cielo
el sueño de las nubes
día tras día.
Y por las noches
se duerme entre las sombras
que ellas le ofrecen.
También los niños
comparten sus sonrisas
con los mayores.
Hablan las piedras
de torres y castillos
abandonados.
Oye sus voces,
parece que susurran
viejas leyendas.
Pero en el fondo
son ecos y recuerdos
desde el pasado.
Desde el colegio,
las aulas, hoy vacías,
guardan silencio.
Afuera sigue,
el patio solitario
y los saleos.
Aunque otra sombra,
del niño con el cielo,
busque la infancia.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/06/19