Y son cálidas las espinas
que se llevan en el corazón
sangra, como sangra la oliva
pero su sangre es oro del amor
y corren por la empinada colina
bajan a los valles, a los ríos,
a las calles, las lágrimas del dolor
¡ que no se callen ! son límpias y puras
la esperanza, todo lo cura
seca las lágrimas y cuida la razón
huyendo de la locura
respira el alma en su conyuntúra
son el perfil de la vida
el río caudaloso donde navegan
barcos de grises colores
que se pierden entre la niebla
gargantas que cantan al viento
cada día una canción nueva
como el rocío de la noche
que gotea en las vidrieras
un alud de nieve, que se vuelca
en las ramas de los cipreses
en las altas colinas
donde la arboleda se crece
miro mis manos ¡ ya no tienen espinas !
se las llevan en su pico
las humildes golondrinas
cuando el sol en el alma, resplandece
tardes pálidas de luz y tiempo
entre la hiedra verde
que crece en las paredes
del amor, hecho un monumento
una rama llama a la ventana
cuando estoy durmiendo
respira hondo la tarde
en el jardín de los sueños
y llegará el día,
de hecho ya casi ha llegado
en que brotarán rosas
sin espinas entre las manos
bella la estancía y olorosa
juntos a los ventanales, sentados
leyendo un buen libro
escrito por un poeta enamorado...
Hay que cambiar las rosas
y quitarles las espinas
y senbrárlas en el corazón
con palabras divinas...