Mientras la brisa nocturna me acompaña, un frío toca mi cuerpo cual presencia fantasmal
mi corazón inquietante arrancármelo del pecho quiero, y sin mover mis labios que mi mente le
reclame tanta rebeldía, tanta recurrencia
o será juzgado a cadena de olvido
En su insensatez atrajo nubes negras que cubrieron a dos hermosos luceros dedicados a iluminar senderos
y cantidades de gotas amargas cayeron por los suelos
Culpable o no, que tenga un juicio justo.
P.P