El hombre habitó un planeta solo y lleno de sombra. Luego de darse cuenta miró con suma nostalgia que el tiempo transcurría tan despacio que sus días parecían la eternidad de su vida y entonces pensó en acabar poco a poco sus tristezas y aumentar sus alegrías.
Más tarde con sus lúgubres y diáfanos ojos vio entre sus alegrías que el tiempo le resto el deseo de compañía y fue así como volvió la crisis; su corazón se convirtió en un mar de llanto.
Sucedió un día que una silueta lánguida en forma de mujer apareció y en un conjunto infinito compartieron el futuro con la unión de sus almas; no se explicaban como pasó, pero por un sosiego lo definía cada estrella que veían en el firmamento y por comprensión lo llamaron “AMOR LIBRE” que nació del conjunto vacío que eran sus vidas, en conclusión colocaron sus experiencias y las echaron a volar, sus sueños eran imposibles pero se hicieron reales.
Fue así como en un alba, se reunieron con sus amigos y les contaron que del fruto del amor fluyeron hermosas semillas.