Danae Beltrán

Hijo de Dios

Cuatrocientos años y un silencio continuo,

Una espera que parecía no acabar.

Una luz, un ser divino, una joven.

Instrumentos en una mano bendita.

El hijo de Dios venia, 

No fue un rey nacido en un palacio,

Un pesebre sostuvo el verbo hecho carne,

Animales fueron la audiencia ante el milagro.

\"Una estrella nos guió,

Una humilde pareja sostenía al Hijo de Dios...\"

Entre los regalos recibidos,

Venía el ungimento del dolor.

¿Quien es aquel pequeño que ha derramado su leche?

Es el Hijo de Dios.

¿Quién es aquel que se quedo en el templo?

El travieso Hijo de Dios.

Hecho hombre fue presentado,

Y el Espíritu Santo sobre Él fue derramado.

En él estaba la plenitud del Padre.

La familia no creyo en Él.

Unos valientes lo siguieron,

Otros más lo negaron,

Ese fue el Hijo de Dios.

Rodeado de prostitutas y ladrones,

La reputación poco le importaba,

Él era el Hijo de Dios.

Milagros y parábolas lo rodearon,

Misterios descubiertos dejó.

El camino, la verdad y la vida estaban en Él.

El Hijo de Dios.

 

El tiempo había llegado,

La angustia había comenzado.

Llegó el amado y con un beso lo delató.

Ante el tribunal, silencio guardó.

La profecía se cumpliría.

Golpeado y bofeteado fue su gloria,

Espinas fueron a su cabeza la honra.

Sangre derramada por los pecadores.

Una cruz levantada 

Y un cuerpo molido se avisaba,

Es el Hijo de Dios.

Un suspiro dejó y el velo partió.

El acceso al padre se abrió

Por el Hijo de Dios.

Tres días y volvió la espera,

¡Pero el Hijo de Dios resucitó!