Mis mañanas no sabe qué hacer sin ti.
Mis noches en bancarrota.
La Luna ya no me habla, dice que no hago otra cosa más que hablar de ti.
He tapizado las paredes con rosas de seda.
Escucho tu risa por los pasillos.
Veo tu sombra esconderse por los rincones de la casa.
Te confieso que no recuerdo la última vez que salío el sol.
La razón que me pelee con el Sol, tiene el descaro de reírse en mi cara, diciéndome que acaricia tu rostro cada mañana.
¡Es un patán!
Ayer pedí fiado una taza de café con pan, para recordar tu aliento.