Amada mía,
Arcoíris de suspiros, mi terroncito de azúcar;
Deja tocar con mis versos tu alma encantadora;
Hoy quiero rendirte homenaje porque te amo
y no me veas como un loco
pero contigo es especial cada día
…Y de cada día contigo, se nutren todos mis días.
Amada mía... Quizá te sorprenda que lo haga hasta ahora
Yo que siempre me encuentro habitando mi silencio.
Pero sé por tu mirada, que tú sabes,
que no es porque me falten motivos para amarte
sino porque soy así de raro… así de taciturno
Y que encontré en el silencio un espacio,
desde donde puedo contemplar mejor nuestras pisadas.
Amada mía,
Mirada de seda, pétalos de rosa;
te invito a fundirnos por siempre en un abrazo
A mirar los ocasos del Sol, tan lleno de arreboles
Con la sonrisa puesta en que mañana,
veremos juntos brillar muchos más soles
siempre como uno porque somos
el suspiro, la llama, el amor y la vida.
Amada mía,
sonrisa galopante, mi noble guerrera;
siempre tendrás en mi pecho un cobijo para darte,
aún cuando el horizonte se tiña de tristezas.
Bastaran sólo tus ojos y tu mirada bendita
para encender la hoguera y los sueños que dormitan,
esos que perseguimos como niños,
pero que descuidamos con el devenir de las horas
¡horas, verdugos inclementes! que alimentaban todas las rutinas,
pero que tu iluminas con tu candor de poema.
Amada mía,
Dulcinea en mi locura, alegoría y magia,
compañera sabia de mis penas;
sembremos el futuro con paciencia y con calma
hagamos que los hijos crezcan con optimismo florido
en un mundo que es hermoso, que hoy está en mudanza.
Pero que será más hermoso y más con nuestras manos
Esas que construyen vidas nutridas bondad.
Amada mía,
palabra artera y sencilla;
Hacedora de auroras, tatuadas con tu nombre;
Compárteme sin miedos siempre tus cavilaciones,
que yo he de sostener el temblor de tu mano,
ese que venga inevitable con los años.
Seremos dos pilares tu y yo amada mía
Los pilares que sostendrán nuestra semilla.
esa que ahora crece alegrando las pupilas
Amada mía,
nunca dudes de mi esfuerzo por cuidar tu sonrisa
Seré guardián de tus canas, como tú de mis porfías
Recibe aquí mi verso, llenito de ambrosías
que tejo con paciencia con amor para ti.
Porque sé que me amas tanto
Porque también te amo tanto
Somos uno, somos todo,
somos tu y yo.
Amada mía