Si algún día me tienes a tus pies
que sea tan solo porqué desde ahí,
podría contemplar en la mejor perspectiva,
toda tu belleza y lo mejor de tu anatomía.
Tus dedos juguetones, tus pies que marcan mi camino,
tus rodillas y el largo de tus piernas,
la promesa y el hechizo de tus muslos,
el milagro de tu vientre, el monte de mi Venus.
La llanura de tu abdomen, tu cintura,
el valle entre tus senos
y el resplandor de tus sonrisas
coronando el sol naciente de tu rostro,
los arcos de tus iris, el parasol de tus pestañas,
las cuencas oceánicas de tu mirada
y la planicie de tu frente,
la cúpula nocturna que se desangra
en la tormenta estelar de tu cabello
y hacia sus puntas, los destellos de mi aurora…
Si algún día llego hasta tu boca,
que sea solo porqué encontraste
el sentido de mis versos
y te dio por recitarme.
Mi adicción a la ternura maternal,
mis quejidos infantiles,
las pueriles osadías
y las nanas del sopor.
Mis cursis versos que adolecían tanto como yo,
empalagosas cancioncillas de los diez y los catorce
y el desesperado parto de mi deseo por la carne.
Mi “madurez de letras”, que trajo la prudencia
y el silencio y la sequía y el temor
y mi ermitaña solución de olvido.
Mi renacer de otoño en tus palabras,
“resurrección de mi alegría”, con tus risas
y la libertad para decirte cuanto te quiero, vida mía…
Si algún día me tienes en tus manos,
que sea no más, por qué no hay mejor refugio
para ahuyentar la soledad y sus fantasmas,
para vivir en verdad y sin temores.
Para olvidar los días y las horas que se escapan,
el color que se pierde en mi cabello
y los años que se agotan y me aplastan,
para esquivar la ronda y la cercanía de la muerte.
Aliviar las mañanas y los mañanas de desilusión,
las soleadas tardes en solitario
y las noches en vela, madrugadas de dormir sin sueños,
atenuar el cansancio del camino,
la angostura de horizontes
y las fallas hormonales de este cuerpo.
Para ya no vivir y morir a diario
en este país tan bello y miserable,
entre la empatía y la ruindad de mis paisanos
y su falta de esperanza por cualquier futuro…
Si algún día me llevas en la mente
que sea tan solo porqué pude merecerlo,
que te motiven mis intentos, mis hazañas y mi voz,
nunca la caridad o el altruismo.
Que te complazca, no la flor cortada en un arranque,
más bien el bosque que voy sembrando a tu nombre
y la cosecha de sus frutos y sus flores,
que te reconforte mi cariño y mi forma de quererte.
Lograr no sofocarte con lloviznas y chubascos,
ni perturbarte con estruendos ni tormentas,
que mis palabras logren el valor que las transforme en recuerdos,
que mis actos posean la verdad para que tú los rememores,
cuesta abajo ser tu línea de vida, cuesta arriba ser tu sherpa y ser tu guía
y ensanchar tus horizontes desde la cima que te ofrezco.
Deshojarte calendarios y poemarios, dedicarte danzas y danzones
y poder esculpirte y pintarte y recitarte,
con sonrisas, con sonidos, con aromas
y así poder dejar de callar que te amo, te he amado y te amaré…
Si algún día entro hasta tu alma,
que sea solo el alma mía que se adentre,
tan mortal fuera de ti, como mi vida sin tu vida,
como si mi invierno se viniera a deshielar en tus laderas.
Para que no seas ni religión, ni diosa,
para no ser ni religión ni dios,
para no tener ni religión, ni dios,
ser tan solo la más simple ecuación, con un sinfín de soluciones.
Crecer en ti, en tu bondad y poder ser bueno a toda costa,
sin mirar con quien, sin preguntar ¿por qué?
y poder ser fuerte, incluso ser villano si tu bondad así lo exige,
pero no morir por ti ni por tus pecados,
pero poder pecar contigo sin buscar perdón ni redención.
Vivir lo eterno del amor hasta que acabe,
saber de la felicidad que da la mezcla de soledades
y morir lo eterno del amor hasta su resurrección
y aunque no creo en la reencarnación, ni en la vida eterna,
saber que, sin embargo, daría todo por vivirlas contigo
Si alguna vez logro unir mi vida con tu vida,
ojalá y sea en esta vida, en este mundo, en estos tiempos,
ojalá sea bajo este sol y no en la “próxima centauri”
ojalá y sea no a destiempo, en estos años, en estos días, en estas horas.
¿Será que te apetezca ahora?...
¿Será que te apetezca aquí?...