Será mi cuerpo trigo o cereal,
vientre unido o certidumbre exacta.
De mis guedejas colgarán, antiguos
nidos de cornejas, ámbitos
desangrados de cien combates
de aves preñadas. Mi pecho, uniformidad
convexa, declinará al crepúsculo, insomne
materia longitudinal que atrapará insectos.
Mis ojos, separados de su tronco, iniciarán
su leve caminar por parajes remotos, horizontes
ampulosos, miradas de árboles en las bruscos
senderos.
Será mi cuerpo espiga venerable,
por cien puentes conquistado,
por mil puertas asomado!
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