Y ahí está, con sus colmenáres al viento
viendo como pasan los años
añejo ya, sentado en lo alto del cerro
vigilante del pueblo y de la mañana
suspiran las piedras, aliñadas
en ordén y fuego, la vieja capa
oxidadas las murallas
de musgo y tierra, abandonadas
a sus pies, aún suspiran los olivos
su guardia real, centinelas del tiempo
en sus mazmorras se escuchan
en las tardes de invierno, sus lamentos
y los gritos en ordén de batalla
en los oscuros laberintos
y en sus altas murallas
arqueros, lanceros y espadas
abajo, en el foso de oscura agua
se refleja la soldadesca inanimada
quema en el cielo, el sol de mediodía
mientras sueña, con viejos amores
en el alma de piedra y bronce su mirada
de aquella doncella que vive en la torre
junto a su sirvienta o esclava
que cose su ajuar de boda
mientras abajo lo juglares cantan
romances de guerras y historias
en los flecos de su tierna mirada
divertían a sus damas
cantando mil historias de amores
de caballeros de espuma
que el viento se lleva en el silencío
quizás se duermen, cansados los recuerdos
cuando despierta el alba
y el sol lo pinta de oro
parece un gigante que se levanta
en un horizonte nuevo
el castillo de Belalcázar
que está cerca de mi pueblo
y desde allí, mi corazón lo abraza
y lo guarda como recuerdo..