Cuando mueren los héroes,
fallece un instante la alegría,
pero el coraje se fortalece.
La lucha nunca termina.
Me hiciste llorar, me ayudaste a reír,
me llevaste de viaje y me trajiste hasta aquí.
Amigo Benedetti formas parte de mi historia también.
Hoy mis alas van en tu dirección
para asegurarte que no se trata de un adiós
sino de un hasta luego, atragantado en una lágrima
y llevado por el viento hacia el sur, el norte, el este y el oeste
donde sea que ahora te encuentres, descansa en paz.