Penetrás mi concentración,
atentás contra mi voluntad,
sonreís, y me vuelvo a enamorar.
Estúpida y tonta debilidad,
te apoderás de todo mi pensar…
Estás,
aunque no te pueda tocar,
aun
cuando con otros
te ponés a fantasear…
Miel que se esconde en tus cafés,
¡enseñame a olvidarte!
Detesto
-en la noches-
tener que extrañarte.
Quisiera gritarte,
explicarte,
que no quiero adorarte…
De vos,
desearía descansar,
conocer otros labios,
gozarlos
-olvidarte-,
comerlos
-superarte-,
reír con ellos…
¡Carajo!
Me dieron ganas de besarte.