VOLVERÁN CUANDO HAGA FALTA
Cuando se esfuma la sombra,
la realidad se abre paso,
con la distancia precisa,
para que nada haga daño.
Y las palabras se olviden,
como se olvida el pecado.
Camina bien disfrazado,
quien imita a la otra vida.
Guarda la luz su poder,
para mantenerla a salvo.
A salvo de las penumbras,
que vigilan de soslayo.
Dolor en los sabios ojos,
que se abren asombrados,
y se cierran con enojo.
Con las luces entreabiertas,
para mirar poco a poco.
Que no deslumbre la vida,
que no frene los antojos.
Cambia lo noble la envidia,
que orgullosa se prodiga,
y sin rubor hace nido,
en lo profundo y más hondo.
Paseándose sin prisa,
con andares que dominan,
con ropajes de oro y lino,
para abducir a quien mira,
y hundirlo en su propio gozo.
Cuando la vida camina,
por senderos luminosos,
destellos brotan brillantes,
en los atrevidos ojos.
Y huye despavorida,
la sombra desafiante.
Laten las sienes del tiempo,
que la vida determinan.
Pausadamente unas veces,
otras con pavor y prisa.
Fugaces luces que anuncian,
amores y desventuras.
Se deshacen las volutas,
del pasado que se olvida.
Difuminando sus formas,
los olores y caricias.
Fantasmas entre emociones,
vienen y van a escondidas.
Entre tibias nebulosas,
se repliegan o claudican.
El aire se torna cálido,
y los sentidos se enfrían.
Se van las primeras luces,
con la lección aprendida.
Con su bagaje de anhelos,
y su olor a carne viva.
Volverán cuando haga falta,
cuando lo mande la vida.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
14/08/2019