«Hombres apertrechados con armas letales están psíquicamente impedidos de tener razonamientos complejos, no saben ni entienden nada excepto que balas matan y eso les agrada: empero sus adversarios [ci] viles-sesudos obstruyen el propósito justiciero de confiscárselas, alegan que mejor negociar con ellos hasta la postrimería»
(Alberto JIMÉNEZ URE)