Ayer soñé que tenía
de su pasión el anhelo
y viajando por el cielo
en sus regazos dormía.
Y Romeo me sentía
en los brazos de Julieta
que exhalando de violeta
sus efluvios matutinos
ella convertía en trinos
su voz tan suave y discreta.
Bajo lluvia de impudicias
hilvanamos la quimera
de vivir la primavera
en su jardín de caricias.
Sin temores ni malicias
que nuestro Edén marchitara
solamente que brotara
del amor su fresco aroma
y como tierna paloma
en mi pecho se anidara.
¡Fue tan real la locura
de mi sueño apasionado
que el lecho quedó impregnado
de su mágica figura,
y sintiendo la ternura
de sus manos en mi frente
todo miré floreciente
al despertar la mañana
vistiendo de ópalo y grana
con un sol resplandeciente!
Autor: Aníbal Rodríguez.