Proveedora de luz
mi fértil valle de arcilla
tu instinto nadie mancilla
aferrada ante una cruz,
¡eres la tierra...!
¡eres el agua...!
¡eres el aire...!
¡eres la llama...!
en una canción de cuna,
es el arrullo que canta
tu pecho es leche de santa,
mujer, como tú ninguna.