Ámame, solo ámame
Quédate en mí…
como el amanecer
qué me falta por vivir.
Quédate en mí…
en el ocaso de mi vida
para qué tenga sentido vivir.
Quédate en mí…
cómo perfume en mis manos
y cómo regalo del Dios.
Quédate en mí...
Atrevido e intrépido
cómo llegaste aquella noche a mi vida,
y sin permiso te quedaste conmigo
y dormiste conmigo y me bajaste las estrellas,
ese día bebí de tus labios y me hice adicta
a tu Amor y a estar cerca de ti.
Dejaste qué te amara con locura
y ahora sé qué sin ti no puedo vivir,
no tiene sentido mi vida sin ti.
Eres alma de mi alma, eres mi respiro,
Eres mi aliento y muero un poco, si no te tengo.
¡Quédate en mí!
Sin preguntar, sin juzgarme,
¡Sólo ámame!
¡Perdonándome si te ofendí!
...fue sin querer, jamás quise hacerlo,
¿Cómo amándote tanto, voy a ofenderte?
A veces digo cosas estúpidas,
digo cosas de las que me arrepiento,
soy difícil de entender en ocasiones.
¡Empecemos de nuevo, Amor!
sin celos y sin reclamos,
nos hemos hecho adictos
a sabernos y tenernos
y a estar juntos porque nos hace bien
nos sabemos el sabor de la piel
nos sentimos con la mirada
nos conocemos con el pensamiento.
¿Por qué? ¡No lo sé!
¡Sólo ámame!
Padezco de falta de ti y tú de mí,
has pasado a ser vida de mi vida
y te respiro, te vivo y tengo mío.
Tengo un deseo terrible de sentirme amada por ti
y quedarme en tus brazos y sentir el calor
de tu piel en mi piel como aquella noche
tuya y mía que nos abrazamos desnudos
a un nuevo amanecer tuyo y mío.
¡No me juzgues!
sólo se amar así, con todo...
desde adentro, donde sólo está Dios,
Solo se amar hasta los huesos… ¡Así te amo!
¡Por siempre y para siempre!
En esta vida y en la otra te amaré
¡Sólo ámame, Amor!
Siempre tuya siempre mío.
Alicia Pérez Hernández... México
No es la pluma la que escribe, es el alma
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