Hacia falta que me dejarás y me dieras la oportunidad de darme cuenta de lo equivocada que estaba...
De lo mucho que perdí por ti y realmente no eres ni la mitad de lo que idealize y ya pegué un grito al cielo sin poder creer que me aferré tanto a una fantasía, a una caricatura, me aferré a una broma.
Desde aquí sin verte, te observaba...
Vas y vienes y nada sostienes más que tú humanidad, más que ese reflejo que intentas conservar sin que se rompa y que ahora yo me doy cuenta que es una cortina de humo.
Me dio pena... Haberme enorgullecido de tener conmigo a un abusador y un patán, un ser incapaz, un farsante...
Te alejaste para darme mejor visión del panorama que tenia de ti; Y funcionó tan bien que ahora me vuerguenza tener que explicarle a mi hijo quien fuiste en mi vida.
De tener que invertarle una mentira porque la verdad le provocará una infección en el alma.
Dios mío! Mis besos! Mis caricias! MI AMOR! y te lo di sin ver que besaba el suelo sucio, sin saber todavía que mis labios merecían otros labios, y mi amor, un amor...
Tantas noches creyendome afortunada y mírame ahora vomitando sobre los recuerdos, Dios mío! Dios mío! Quisiera arrancarme la piel y borrarme el recuerdo de la memoria...
Quisiera que hubiera sido una hora y nada más. Haberme quedado en la habitación ése día y no salir, me hubiera gustado ser una desgraciada, una cualquiera, para tratarte con la vileza que merecías.
Pero en cambio te amé, te amé y merecías mi desprecio y nada más.
Gracias, porque lo último que veo de ti, es lo que intuía todo el tiempo y que yo con mi amor aceptaba como algo más que mi amor debía aguerrido ser valiente.
Pero ahora todo se ve distinto, el amor descansa y ahora cada que pienso en ti se me revuelve el estómago debo admitir que \"como siempre\", pero ahora sin remordimientos.