Leomaria Mendes

Sin pelos en la lengua...

Algunos…

Van por la vida equivocándose, como se tratara de seres inmortales.

Equivocándose en relojitos  de engaño, escondidos en partículas rellenas de excusas.

Alejados de la verdad, sin conocimiento de ser seres agonizantes, incapaces de fabricar luz propia.

Están muy lejos de ser dueños de sus vidas.

Bailan al ritmo del sonido que la orquestra del destino predestinó, sin ninguna breve consulta.

Dicen hasta mañana, cuando no tienen el conocimiento si despertaran.

Dan por hecho que han elegido la vida, cuando en verdad, han sido elegidos.

La decisión de cómo vivir, está en sus poderes, pero no el don de  la vida y  jamás lo será.

Insensatos…

Poseedores de soberbia, coleccionistas de  prepotencias, en una vida construida con herramientas de malas decisiones.

¿Cuándo despertaran?

Aún en la oscuridad, las estrellas resaltan y con ellas la oportunidad de rectificar.

Si viven como decorados, cuando falte la tierra bajos sus pies, ¿Qué van a decorar?