Qué prisionero sentimiento
Qué dolor tan bien guardado
Qué ganas de salir corriendo
y gritar a ningún lado!
Qué vacío es esta compañía
Qué absurdo silencio bien charlado
Qué actores tan sincronizados
en esta danza de hipocresía
Qué tristeza dan los lazos inexistentes
Qué levedad entre los que importan
Qué relaciones tan utilitarias
y qué abandono que me evocan.
Cuánta decepción invisible
Cuánto anhelo de resguardo
Cuántas ganas de pertenencia
a un lugar equivocado
Cuántas dichas pasajeras
Cuántas personas peregrinas
Cuántas espinas bien clavadas
he contemplado en la vida
Cuánto más al lado del camino
Cuánto tardaré en salir a flote
Cuánta valentía me respira
antes que me rinda y me derrote
Y qué de la queja?
O para qué el reclamo?
Siendo estoica de carrera,
Mi llanto será en vano