Algún día,
haré un conjuro con las cenizas
negras y grises del alba,
que no lloran....
Dormiré,
vestida y aromada
con blancas y suaves magnolias
y arrullada
con precoces y dulces
letanías...
Algún día,
descansaré y seré
parte de un empedrado
muro,
con la sensación irreversible
celestial y terrena,
de una perdida y gastada
estrella,
que aún sueña...
Patricia Aznar Laffont