Canta cigarra,
alégranos el día,
como tu sabes.
Sopla el nordeste,
que llega en la mañana
desde la mar.
Y tú sonríes,
espíritu sin nombre,
que vas conmigo.
Dices que sí,
que quieres este instante,
de paz y amor.
Porque te llena,
y encuentras equilibrio,
de cuerpo y alma.
Luego, en la tarde,
tendrás ese descanso
tan merecido.
Y por la noche
saldrás con las estrellas
de romería.
Irás al baile
que ofrecen las sirenas
a los marinos.
Y con la luna,
prendida en tu regazo,
te dormirás.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/08/19