ADANS BECMAN

¡COMO LLORÁN LOS ROJOS CLAVELES !

Cuando llorán las penas en el alma

en el eco seco de una guitarra

allí se duermen nuestros pensamientos

las lágrimas hacen camino

 

ríos que desembocan en el mar

endulzándo la sal amarga

tus poemas y los míos

en un fuerte abrazo se abrazan

 

es que tenemos el alma en la boca

y en la pluma la regalamos

en cualquier lugar de la tierra

siempre nos encontramos

 

porque somos prisioneros del corazón

y el amor lo envolvemos en papel regalo

y en la fragüa del saber nos estiramos

llenando de gozo las palmas de nuestras manos

 

somos como el hierro dulce

que en besos de amor soldamos

¡ como llorán los rojos claveles !

que en el arreáte de la vida sembramos

 

en la tierra que labramos cada día

y con el sudor de la frente regamos

como llorán las guitarras

nosotros también lloramos

 

siempre soñaremos

porque lo nuestro es soñar

en el fondo del pecho

hace el amor un altar

 

somos embajadores

de las estrellas del cielo

adornamos la humildad

con tela de terciopelo

 

y somos humanos y sencillos

recorremos caminos

como buenos samáritanos

curando las heridas

 

con los algodones de las manos

y hay una copla que se canta...

en el eco de una guitarra

que llora en el tabláo

 

¡ como llorán los claveles grana !

que en el corazón hemos sembrado

en el arreáte del alma

con lágrimas hemos regado

 

a la vuelta de un camino

una encina hemos plantado

para dar sombra a los pobres

a los que caen en tierra humillados

 

una canción en un sobre

que en el buzón hemos hechádo

no lleva remite ni nombre

consuela a los humildes y cansados

 

y haremos casítas blancas

para aquellos que no tienen un tejado

y pan con el trigo que brota

para el que no tiene pan en su boca

 

arroyos de agua divina

fuentes de plata para el cansado

un volcán que salpíca

en los ojos de los olvidados

 

ya no tienen las rosas espinas

con sueños se las hemos quitado

¡ como llorán los rojos claveles !

de la felicidad enamorados

 

solo somos humildes poetas

en un mundo despiadado

nuestras palabras son adobes

y palos que hacen tejados

 

que dejan resbalar la lluvia

en el borde de la vida

somos como el alcohol

que desinfecta las heridas

 

en la playa las blancas caracolas

que se bañan en la espuma

mientras la rojas arenas

arrancan las espinas

 

enamorados siempre de una copla

y el eco de una guitarra

que en el alma se vuelve loca

pero que cambia las alegrías por las penas

 

sencillos y humildes labradores

que en el infinito se serenan

en las noches estrelladas

abrazamos las estrellas

 

y alcanzamos la luna en los ojos

de este jardín en la tierra

la ilusíon cultivamos desde niños

que los recuerdos encierran

 

y me gusta tomar el sol

en las paredes de las casas viejas

en el olivo canta el gorrión

y la alondra en la sierra

 

campos verdes y bonitos

llenos de encinas y de ovejas

margaritas de tiernos colores

que en las tardes de verano

 

con los vientos del sur juegan

mientras hay golondrinas azules

y en el lienzo de tu boca

mis besos se confunden

 

como las ascuas de una lumbre

calientan mi corazón

entre el polvo de la tierra

de hierro y bronce

 

siempre tengo amores nuevos

en los ojos y en tu boca

filigranas de un nuevo amanecer

cuando yo te contemplo

 

veo el cielo abierto

y el olor de tu aroma

cada noche cuando duermo

entre las sábanas de tu aliento

 

¡ como llorán los claveles rojos !

que sembramos en el pensamiento

solo somos pobres poetas

que sembramos ilusiones en el viento...