DEMÓDOCO

LOS ASESINOS FORTUITOS NO MERECEN PERDÓN U OPORTUNIDAD PARA FALSAMENTE REDIMIRSE

 

«Nunca reprocho a ninguna persona cómo elige guiar su vida, pero concedo debe ser neutralizada en el momento que sus actos lesionen mortalmente a los demás. Aun cuando [en zaguán de patíbulo] expuesto infractor asumiera sus criminales e individuales responsabilidades, jamás repararía las tribulaciones de familiares por él afectados: ni enorgullecería al Estado que le dio ciudadanía. Los asesinos fortuitos no merecen perdón u oportunidad para falsamente redimirse, porque desquiciados podrían convertirlo en mártir víspera de su ajusticiamiento»

(Alberto JIMÉNEZ URE)