Con una escalera,
subiría al cielo y
con la lámpara mas intensa
alumbraría las estrellas apagadas
de la oscura noche.
Y así verlas caer fugaces…
al horizonte sin fin, desde un edificio.
Y luego volvería a las esponjosas nubes blancas
y las escucharía llorar por los males que les causa el medio ambiente;
y así escuchándolas, me quedaría dormida en ellas.
Y al despertar bajaría a la tierra y escucharía el murmullo de los pájaros
y a los niños que hablan con el amor y la amistad.
Y recorriendo la tierra quebradiza,
me encontraría con una cuenca,
y de ella extraería los secretos de las palomas.
Y así, caminando, caminando, caminando
por la tierra sin vida me chocaría con una piedra
y así la recogería y golpearía los cascarones
de los dinosaurios para que conozcan el nuevo mundo.
Y al mirar al cielo,
me pondría en lugar de Dios
e iría en busca del diablo
para cambiar su mala postura, por una buena.
Y así, sentiría ahogarme en el profundo sueño
que viene del misterioso agujero negro...
Ana Nohelí