Efraín Ramírez

Placer estético

Es divina la mente del artista.

Creando su obra, él mismo se derrama

y se disipa, hasta que sólo exista

la infinita belleza que tanto ama;

que, rápidamente, toda la vista

recorre y forma un nuevo panorama.

¡El alma se estremece conmovida

por el sagrado fuego consumida!

 

Lentamente, las palabras florecen,

los colores cantan y los sonidos

vuelan al rededor cuando oscurece.

¡Todo enamora mis bellos sentidos!

¡Todos los amores que me estremecen

vienen de corazones conmovidos!

¡El alma se estremece conmovida

por el sagrado fuego consumida!