Rabia
Adentro se me está inflando el globo.
Me duele el cráneo.
De repente veo todo rojo.
Por la fricción arde mi espalda.
¿Qué es lo que se ve en el negativo? Yo.
Me gustan los apestados, los que llaman desquiciados.
Los que drogados lloran en las banquetas.
Los que por la vida ya están encorvados.
Y los que por la muerte ya están apagados.
¡Puro veneno! Puro veneno supuran mis muelas.
Por la violencia y por la sangre es mi halitosis.
Al poeta hoy le apesta el rojizo cuajo podrido que lleva por corazón.
Tanto… ¡Hay tanto! Tanto amé a mi hermano y no tan viejo hoy, estoy tan decepcionado.
Tan vacío de darme y tan lleno de todo.
Por culpa de ustedes nos terminaré odiando a todos.
Me estoy hinchando por la misantropía.
Que sabe agría, asquerosa y amarilla…
Justo como sabe la melancolía.
Tanta ira por el engaño
Porque ya recibí el regalo divino, lo abrí…
Y era nada.
Cómo me pesa esa palabra siento que es mi verdadero apellido.
Porque está y estará siempre detrás de mí.
Tanta ira por el maldito fastidio.
De querer gritar ¡Hastío!
Y terminar cantando te amo o auxilio.
¡Hínquense a san Parra!
Porque la poesía es mentira también como la vida.
Porque por ego o regla ósea por culpa de una jaula…
No expresamos lo que sentíamos...
Sino con lo que las palabras nos alcanza.
Pero lo que más rabia me da…
Es que ustedes hermanos no me crean…
Que a ningún lado es a dónde vamos.
Todavía ni se imaginan el golpe.
Y éste y otros poetas ya vimos el martillo que nos espera.