Piénsalo bien
porque cada palabra es eslabón
para mis amarras
porque cada promesa
es un cheque al portador.
Te aconsejo: piénsalo bien, porque
cuando no soy ternura soy terror.
Piénsalo, porque si aceptas,
te arriesgas a perder...
(incluso, la razón)
No digas: \"no te abandonaré\"
cuando buscas la salida, corazón.