GPSilos

Ese día

El deseo pudo más que mi cordura
No quise evitarlo y te acaricie,

no sé cuan fuerte aprete tu pecho en mi mano,

pero a cada movimiento mi deseo se intesificaba.

Esa mirada tuya era el reflejo de mi lujuría
Hacerte mía era el único pensamiento
La piel de tu brazo era la única sensación
El aliento de tu boca mi oxígeno

Quería más, arrancarte la ropa, porqué no, besarte hasta cansarme, hasta no poder, hasta quedarme sin una gota de saliva.

Tenerte de una vez, piel contra piel, muy dentro de ti, dejarnos ir, llevados por el ritmo de nuestros cuerpos, el va y ven de las caderas.