Se fueron ensanchando delirios de poeta
al ver de tu figura su mágico glamour,
y fueron tus sonrisas, igual que la veleta,
que anuncia la ventisca que viene desde el sur,
Con alas de gaviotas, mis sueños desplegaron
el vuelo mas hermoso, de forma muy veloz,
y dulce y tiernamente, su cante dedicaron
al bello sortilegio del eco de tu voz.
Surgieron de repente, de flores mil guirnaldas,
en gajos de ilusiones, cubiertos de pasión,
que regios desplegaban tus ojos de esmeraldas,
llenando con sus halos mi amante corazón.
Allegros celestiales mi numen invadieron
con esos animatos que llenan de fervor;
las cuerdas de mi lira, devota te tañeron
la antífona divina que nace del amor;
y todas sus cadencias del alma me salieron
haciendo cada instante paisaje de esplendor.
Autor: Aníbal Rodrígez.