Cuando no tenía coche. Viajaba a la dulce Francia. La vida por aquí era gris y rancia. Aunque mi amiga era la noche. En París vi a los republicanos. Exiliados de la guerra civil. Disfrutaban libres lejos del fusil. Me alegró verlos tan cercanos. Como enamorado de la pintura. Visité a menudo el famoso museo. Creo en la belleza aunque soy ateo. Pero el templo de la Gioconda es cultura. Todas las grandes naciones. Han tenido o tienen dictadores. Sus habitantes son solo espectadores. Solo esperanza tienen sus generaciones