No sé como termina mi propia historia, solo sé, que estoy acoplada en ella y que de algún modo lo acontecido hasta el momento lo volvería a vivir otra vez, dicen que no se debe vivir dos veces el mismo día, pero hay ocasiones en que los momentos no alcanzan a sentirse lo suficiente, aunque en definitiva, el hoy es lo realmente importante, es lo único que tenemos seguro, todos en algún momento de nuestra vida, nos hemos quedado atrapados en un tiempo inexistente, ideamos inquietos y saltamos gran parte entre el pasado y el futuro, perdiéndonos lo único que realmente tenemos: el presente.
Los instantes son eternos,
nos dan la irrepetible esencia
de crear lo inexistente
volverlo parte de la vida,
sin desaciertos ni retornos
un vaivén, un columpio de ocasiones
en idas y venidas,
viento libre
sopla rostros,
besa lágrimas secas por la brisa
un abrazo nos conjuga en inefable parpadeo.
Sus poemas carecían de títulos.
- A este poema, como título y siendo osada en mi intento, un título inspirador desde una órbita global, una mirada lejana perfilada del poético texto lo llamaría a mi estilo:\" Onírico exterminio\".
- ¿Qué opinas...? –Le respondí, sentí que había ideado un título fuera de serie, algo presuntuoso de mi parte hasta el momento.